El arte del muro de Berlín, 25 años después.
Kiddy Citny en el Goethe Institute. 28.10.14. 20 h
Kiddy
Citny (Hamburgo, 1957) no fue el único ni el más conocido de los artistas que
pintaron el extinto muro de Berlín. Por eso, en el coloquio que debía servir de
pistoletazo de salida de un programa de actividades que acompañasen a la
muestra Calles y Rostros de Berlín
inaugurada en el Thyssen ese mismo día, se repitió también el de otro amigo,
Thierry Noir. Noir, junto a otros franceses como Christophe Bouchet y Jean-Yves
Dousset emprendieron esa aventura de transformar el horror en belleza, revestir
la ciudad gris de alegría colorista. La peculiaridad de Kiddy Citny además de
su origen alemán y su crianza en una de las ciudades más castigadas por la Segunda Guerra Mundial, Bremen,
es su faceta musical. Un disco, el de Pas
Attendre (1985) de su grupo de rock underground Sprung aus den Wolken acompañó a Wim Wenders en la concepción de su
película Der Himmel über Berlin (El
Cielo sobre Berlín, The Winds of Desire, 1987). Hay una frase que solía
emplearse para describir el final del feudalismo en historia, que venía a decir
que nunca es más insoportable la esclavitud que ese momento final donde el
esclavo, el siervo, intuye que el fin de su condición degradante esta próximo,
que ya puede intuir esa libertad que le espera. Los jóvenes alemanes, como
rezaba el principal hit de esta banda, eran “tan jóvenes, que no podemos
esperar”.
Así que comenzaron a
asaltar los muros con pintura y con cine.
Wenders le pidió permiso
a Kiddy para emplear su música y éste acabó acompañando el rodaje del cineasta.
Ese nombre artístico
surje de una estancia muy joven de Kiddy en Nueva York, esa ciudad donde se
conservan precisamente fragmentos del muro decorados por Noir y Kiddy con su
cartela y autoría señaladas decorando plazas y calles. Quiso preservar el
deslumbramiento de ser un niño (de ahí el Kiddy) en la Ciudad (Cit) de N.Y.(ny). Repetidas veces a lo largo
de la charla recalcó esa importancia de conservar el niño que llevamos en
nosotros.
Tanto el protagonista de
la velada como su interlocutor, otro alemán tan discreto que solo pudimos saber
que respondía al nombre de pila de Max, coincidieron en que la opción por el
blanco y negro había sido acertada porque entonces Berlín, al contrario que
Hamburgo o Dusselforf, era, realmente, una ciudad muy gris.
También resaltaron el
elenco de lujo desde el cámara de Niños del Olimpo al veterano actor de más de
ochenta años, Curt Bois, homenajeado con
la revisión de su escena buscando la otrora bulliciosa Postdammer Platz (hoy
emplazamiento del Centro Sony o la
Berlinale) pasando por los actores de teatro de sus papeles
principales.
En 1984 esos pintores
urbanos encerraron al Berlín Oriental en Arte. Todo empezó, según Kiddy, porque
su grupo musical tenía una zona de ensayo delante del muro y sintieron la
necesidad de acercar el Este y el Oeste mediante sus corazones. Se cree que Kiddy
Citny es responsable de almenos una docena de esas secciones de muro, él habla
de centenares de metros que pintaron y que repintaron luego cuando eran objeto
de vandalismo o de intrusiones de otros artistas urbanos menos respetuosos. Entendían
ese repinte como una restauración. A propósito de esto se apuntó también la
circunstancia de que Keith Haring fue invitado a pintar sobre sus creaciones y
parece que vivieron esa intrusión en concreto condicionados por la admiración
que les causaba.
El Senado alemán entro
otras instituciones se hizo eco de su fama aprovechando su imagen en folletos
de la ciudad.
Respecto a la iconografía
que se repite en su obra comentó que las cabezas coronadas significan que el
ser humano debería sentirse rey, aspirando a la felicidad y a la libertad. Que
las cabezas con forma de corazón suelen ir duplicadas porque con un corazón
solo no basta, como mínimo hacen falta dos. Y que esa figura que va cargando
con su brazo sobre su cadera la bola del mundo indica la responsabilidad que
tenemos todos como humanos en la preservación del planeta.
Respecto a este último
motivo hay una cuestión que tal vez debió ser trasladada, la relación de estos
artistas urbanos del muro con el neoexpresionismo alemán. Porque evidentemente
constituyen, y así son presentados, una continuación del expresionismo de
preguerra y comparten tanto los consagrados por la historia del arte como estos
underground la misma factura de vuelta a la figuración y uso del color. Ese
personaje con el mundo recuerda al óleo El estudio (1984) del checo Jiri Georg
Dokoupil que formaba parte del foco neoxpresionista alemán de Colonia, el Mülheimer Freiheit. U otras obras de ese mismo año
como El niño sobre el caballo. (ver foto
del flickr de Ras Marley). Aunque uno sabe internamente que son dos ligas distintas dentro del arte.
Respecto
al momento mismo de la caída del muro, esos veinticinco años del 9 de noviembre
de 1989 por cuya celebración se les convocaba ninguno de los dos, ni Kiddy ni
su entrevistador se encontraban en Berlín sino en Suiza y Cuba respectivamente.
Kiddy sí viajó al día siguiente para “dejarse arrastrar por el delirio de lo
impensable, lo inefable surrealista”.
Respecto
a lo que vino después es curioso como un artista urbano, que suele entender su
arte como dádiva al ciudadano estuvo atento a la subasta en Mónaco de los
trozos del muro e incluso lo puso en manos de un abogado especialista en
derechos de autor, Herting. Parece ser que recuperó parte de la venta y lo
considera justo porque esos trozos de muro no habrían alcanzado ese valor en el
mercado del arte de no estar pintados. Respecto a ese mercado, con estructura
similar al resto de mercados, Kiddy no considera que pueda hacer nada salvo
producir y seguir creando valor.
Ha
intentado sin apoyo del Senado de Berlín ni la República Federal
alemana llevar adelante un proyecto de conmemoración que contuviera referencias
a otros muros como los de México, Israel o Chipre. Finalmente se ha decidido
resolver ese aniversario mediante proyecciones, más costosas y sofisticadas eso
sí de las que convertirán en Madrid a la Puerta de Alcalá en la Puerta de Brandenburgo de
los días 6 al 9 de noviembre.
Precisamente
el próximo 9 de noviembre de 2014, en Torrejón de Ardoz, a iniciativa de la Asociación El Desván, culminará
una acción de pintura en la que participa Kiddy Citny junto a otros artistas
que aumentará el patrimonio del Parque de Europa de la localidad que ostenta el
privilegio de ser la única madrileña que conserva un trozo de ese celebrado
muro berlinés.
La
próxima cita en Berlín para Citny será en diciembre, donde le espera un Art
Parade durante el cuál recorrerá la ciudad en un remolque abierto intentando
fijar lo que vea a su paso por la ciudad. Casi como si de un video de U-2 (el
grupo que dio a conocer a su amigo Noir) se tratara. Y es que todo no se acaba
en el muro, sino en la voluntad que debe asistirnos, en opinión de este artista
alemán, de derribar los muros presentes en nuestras cabezas.
Y
con ese último mensaje y una postal numerada de recuerdo del muro que le hizo
famoso se perdió por las calles malasañeras lejos de la solemnidad del Goethe.
Amelia Meléndez
Pas attendre (1985):
http://www.youtube.com/watch?v=qQN6IEDASuE
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